Locuras en una licuadora humana

En este sitio encontrarán alucinaciones, delirios y todo tipo de banalidades creadas por una mezcla de los tornillos que faltan en mi cabeza y una dosis de extranjería inevitable... Ríanse y sepan que todavía existo. NOTA IMPORTANTE: No me hago responsable de palabra alguna publicada en este sitio.

23.10.04

Boletín informativo 002: Los quehaceres domésticos

Damas, caballeros y demás comensales... 

Mañana es domingo. Para algunos, día de regocijo pues no se piensa en las presiones del trabajo, no hay que vestir corbata, los creyentes van a misa (y algunos no tan creyentes pero allantosos) y la Lincoln se llena de gente (con la que yo no solía juntarme... pero bueno...). Ciertamente mañana yo tampoco tengo mucho que hacer, y por eso es el día en que hay que esmerarse en todo lo relativo a los quehaceres domésticos.

Empecemos por la fregadera. En los últimos dos años recuerdo las voces de mi padre y mi madre, cuando cada domingo, en coro, decían: "niiiiños, recuerden fregar todo lo que ensucien...". Razón #1: para que Combra (la encargada de los quehaceres domésticos en casa de mis padres) no pasara trabajo al día siguiente; realmente, dos fregaderos llenos de platos, vasos, cubiertos y calderos, a un nivel de asquerosidad perturbador, no matan a nadie, y por eso yo me decía "Sebastián, no te preocupes, Combra se encargará mañana". Resultado: Combra se encargaba (exceptuando quizás dos o tres ocasiones en las que la necesidad me pedía que no comiera con -ni sobre- las manos). Razón 2: estos muchachos (Gabriel y Sebastián) han dormido demasiado hoy, quizás sería bueno que pasaran un poco de trabajo antes de que salgan a sinvergüencear a la calle... Me parece que la segunda es la más acertada.

Pues resulta que por acá no me queda más remedio sino que fregar cada vez que ensucio, pues si voy acumulando las vainas en el fregadero, la cocina se convertiría en una verdadera pocilga, comería con y sobre las manos con gran frecuencia, y mis compañeros de piso me harían la vida imposible (no por ser ésta su naturaleza como personas... pero yo haría lo mismo si ellos no fregaran). No obstante, fregar no me molesta mucho. Quien sabe, quizás no es sólo ver a un chico cocinar que las chicas encuentran sexy... tener una esponja mojada en la mano, y un poco de espuma en el pantalón, sobre el pene (por accidente), podría resultar bastante excitante. En realidad, no lo creo, pero no me queda de otra: tengo que fregar a diario.

Lavar la ropa: señores, la lavadora es uno de los aparatos eléctricos con los cuales he tenido menos contacto en mi vida. Para serles franco, no sé más que abrir y cerrar la compuerta. Mañana me toca lavar una buena pila de ropa, pues he intentado evitar la lavadora a toda costa, pero francamente, no quiero tener que repetir los calsoncillos sucios. Supongo que necesitaré algo así como "Laundry-washing for dummies".

Limpiar el piso (apartamento): no me disgusta. Me parezco a Conchita, algún personaje de limpieza en cualquier telenovela mexicana; aunque todavía no tengo el delantal. No tiene mucha ciencia: barrer, trapear (con limpiador de parquet), lavar el baño con legía, y todo lo demás. El único problema que le encuentro es que soy muy peludo, y por más pelos que recojo, me da la impresión de que se van multiplicando como los panes y los peces de jesucristo, y no se acaban nunca. Pero bueno, no todo en la vida es color de rosa.

Y por supuesto, el inevitable, interminable y tedioso cocinar. Antes de ayer hice un arroz: nunca había probado un arroz tan salado. Recuerdo que mi madre me escribió muy claro la proporción de sal contra agua y arroz, pero como estaba disfrutando (increíblemente) ese momento delante de las llamas y la grasa voladora, hasta adobo le eché al arroz. (Mañana pongo frente a la estufa un letrerito que diga "Sebastián, no improvises, sigue la maldita receta".) Me lo comí, y lo que sobró me lo apliqué al otro día o esa misma noche en la cena, plegando la cara casi como cuando uno chupa un limón, pero peor aún, el limón uno lo chupa para joder o para darse un shot de tequila (en ambos casos opcionales), el arroz me lo tenía que comer o retorcerme del hambre en la cama aquella noche. Debo admitir que freí una pechuga, la cual fui cortando paulatinamente en el sartén a medida que se me comenzaba a quemar, estando el centro todavía crudo... Resulta que el pollo no me salió mal, en realidad bastante decente, pero con el arroz tendré que intentar de nuevo, pues la prueba no ha sido aún superada.

Bueno, los dejo, a ver si saco algo de ganas para salir a hacer la compra.

2.10.04

Boletín informativo 001: Los primeros días

Hola niños,

(Anoche, cuando llegué de la universidad, unos viejos estaban trabajando en mi piso arreglando unas ventanas, y había un fuerte olor a comino por doquier... qué habrá sido...).

El Master va de maravilla... Hay quienes dicen que cuando se sueña con mierda es porque viene dinero. Bueno, no me he soñado con mierda, pero en los dos días de clases que van, me he pasado los últimos 45 minutos con unas inmensas ganas de cagar. Madre, por favor, en la sobremesa en la casa Mondesert interprétame esta sensación.

El programa está estructurado en módulos de entre 3 y 8 semanas (en cada semana, dos días de clases). Ayer comenzamos con Dirección y Desarrollo de Personas. El maestro de maravilla... se la pasa diciendo "coño", "joder" y otras genialidades que le salen tan naturalmente pero que llaman tanto mi atención. Dos días hablando de los modos de dirección y básicamente qué debe hacer (y cómo) el director de una empresa. Hasta febrero voy a estar tomando clases generales de un MBA tradicional, viernes de 16:30 a 20:30 (hagan el cálculo horario para que puedan llamarme en horas apropiadas) y sábados de 9:00 a 14:00. A partir de febrero, en los módulos aeronáuticos, el horario de los sábados permanece igual y los viernes comenzamos a eso de las 14:00 con un almuerzo-coloquio en el que trataremos temas de aviación. Va a ser una gran experiencia... Somos como 18 (aunque todavía hay unos cinco que no se han presentado): un ruso, un peruano, una venezolana, una mexiacana, una española, yo, y el resto españoles (hombres). Un español y yo somos los menores, y el mayor tiene unos 52 años. Bastante diverso el equipito...

Fuera del MBAA, anoche intenté hacerme de cenar...: qué desastre. Por más que me guste la cocina, soy una pupú... Hice unos espaguetis con salsa roja (salsa de lata o algo así) que quise adornar con cebollas fritas y pedacitos de salchicha. Bueno, demasiada salsa, muy pocos espaguetis, demasiada grasa (la salsa flotaba en el aceite de oliva) y el maldito reguero al final. En fin, la nevera está vacía, tengo hambre, no quiero cocinar lo que hay en la despensa, y como que no estoy en ir al super (aunque creo q voy a tener que hacerlo). En pocas palabras, tengo la sospecha de que algo rebajaré.

Bueno, más noticias en el próximo boletin.