Yo y mi bigote: Aventuras inolvidables (Capítulo I)
-¡Mira, es un puercoespín! -dijo impresionado un caballero ensacado.
-¡No, es un pedazo de chicharrón de puerco de Villa Mella! –replicó agraviado un vendedor ambulante sin papeles.
-No, exclamé increíblemente sosegado. Es mi bigote.
El ultimátum
Caminábamos inquietos esa tarde, yo y mi bigote. El sol ardía sobre nosotros, lleno de ira y valentía. El sudor, los batidos de frutas frescas y una visera desgastada eran nuestras únicas armas para combatirlo. Unas horas antes habíamos sido sorprendidos con una noticia espeluznante. La revista enviaba una circular a todos los trabajadores, modelos y asociados exigiendo una afeitada facial completa de cada uno de nosotros antes de la llegada de la siguiente quincena. Todo aquél que osara quebrantar la nueva ordenanza pagaría caro. La circular describía con lujo de detalles las posibles penalidades ante los distintos niveles de quebranto, desde la imputación de medio sueldo por una afeitada deficiente, hasta la cancelación de la pensión, del derecho al descuento vitalicio en los productos lácteos patrocinadores del semanario y la suscripción gratuita al mismo de hacerse caso omiso del dictamen. (Además, el memorandum invitaba a sus más fieles subscriptores a deshacerse de su bello facial cuanto antes, atribuyéndole cualidades atroces merecedoras de la primera plana de todo periódico de vanguardia, pero que no vienen al caso en este momento.
¿Llorar, asesinar, alucinar? No sabíamos qué hacer, yo y mi bigote. No nos encontrábamos; sentíamos no pertenecer en un mundo vil y cruel, en una sociedad llena de prejuicios, corrupción y pornografía de bajo presupuesto. De niño, cuando mi bigote a penas soñaba con existir en un futuro lejano, solamente me agobiaba el pobre concepto que se tenía en el tercer mundo del servicio en los establecimientos de comida rápida (en los que las colas y los tiempos de espera son sólo comparables a las épocas de escasez de combustible en las gasolineras). Pronto pude darme cuenta de que todo esto era culpa del sistema y que no tenía remedio. Por supuesto, comencé a preocuparme por otras cosas.
5 Comments:
At September 15, 2005 9:23 PM, Anonymous said…
Espero que tu y tu bigote tengan mejor suerte en la vida. Sin embargo, es un asco tu bigote! jejeje. BESOS desde NYC! ;)
At September 15, 2005 9:43 PM, Seb Lora said…
por algo no me lo he vuelto a dejar... y debo admitir que esa vez fue sólo ante un reto de joselito, y no duró mucho en mi cara
At September 16, 2005 3:21 PM, ana rima con banana said…
You`ve got the lips to wet my whistle, y el bigote lo seca. Jejejeej just joking.
Otras acepciones para tu bigote ademas de Bigote de pedófilo:
-Bigote de camionero
-Bigote de Female-teenagers-que-van-al-mall Stalker
-Bigote del esposo de la tía de Santiago.
At September 16, 2005 7:44 PM, Anonymous said…
Me ha gustado mucho este primer capítulo, espero el segundo.
Padre
At September 24, 2005 3:31 PM, Tony said…
yo tenia un bigote asi una vez, tenia vida propia y se movia solo. Me decian que era un bigotico de jevito de campo.
Estoy ahora en proceso de dejarme una chiva, pero esta vez, no sera para pegarle candela...
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